040. El sutil arte de que te importe un carajo
Según el autor, dicho arte consiste básicamente aprender a concentrarse y priorizar nuestros pensamientos de manera positiva, elegir lo que es valioso e importante
En mi fascinación por leer de todo, compartida con el gran editor Ramón Córdoba, a quien recuerdo con mucho cariño, me atrajo el título de un libro que se ha mantenido durante los últimos años en la lista de los más vendidos. A diferencia de las perogrulladas que se apelmazan en las estanterías de la sección de autoayuda y superación personal, el libro El sutil arte de que te importe un carajo: un enfoque disruptivo para vivir una buena vida (HarperCollins, 2016) de Mark Manson se destaca del resto por su carácter irreverente, anecdótico, divergente y divertido.
Para nuestro contexto cultural el libro se antoja pertinente, sin consideramos que el mexicano promedio tiende a ofenderse con facilidad. Somos ceremoniosos, quisquillosos, formales y pomposos. Utilizamos títulos y etiquetas para presentarnos: licenciado, maestro, doctor, entre otros. Que ni se nos ocurra dirigirnos a una persona mayor sin anteponer el «señor, señora» antes del apellido. ¿Tutearnos? ¡Jamás! A menos que destruyamos nuestra imagen por dar muestras de excesiva confianza y hasta falta de respeto en los círculos más estrictos. Ya no digamos de utilizar las etiquetas de moda.
Algunas hipótesis del estudio de la Historia de México sugieren que estos rasgos culturales derivan de nuestro pasado imperial prehispánico, así como del sistema de castas colonial.
Más que un enfoque disruptivo, considero que el libro ofrece una visión subjetiva. De acuerdo con Manson, el sutil arte de que las cosas te importen un carajo consiste básicamente aprender a concentrarse y priorizar nuestros pensamientos de manera positiva, elegir lo que es valioso para uno y lo que no nos importa, con base en nuestros valores personales. Para clarificar aquello que nos importe un carajo, el autor propone tres premisas:
1. Que algo te importe un carajo no significa ser indiferente, sino estar cómodo por ser diferente. Mientras que los indiferentes son débiles, asustadizos, los típicos que trolean en internet porque, en realidad, todo les importa demasiado. Les importa tanto lo que piensen de sus ideas que mejor se esconden detrás del sarcasmo o de comentarios maliciosos y de falta superioridad moral.
2. Para que te importe un carajo la adversidad, primero debe importarte algo más importante que la adversidad. El problema de la gente que anda por la vida dándole importancia a todo y a todos es que llega un punto en que se comieron toda la bolsa de palomitas y no les queda nada realmente valioso a qué darle importancia. Si te encuentras constantemente dándole importancia a las trivialidades que te molestan, por ejemplo, una publicación o comentarios en Facebook, existe la gran probabilidad de que en tu vida no esté sucediendo nada que merezca darle importancia. Y ese es tu verdadero problema, no la publicación o los comentarios en Facebook. Hallar algo importante y significativo en tu vida, dice Manson, es quizá el uso más productivo que le puedes dar a tu tiempo y energía. Si eres incapaz de hallar algo que sea significativo y valioso para ti, siempre terminarás dándole importancia a las causas frívolas y sin sentido.
3. Te des cuenta o no, siempre estás eligiendo qué es importante para ti. No nacemos con la habilidad de que las cosas nos importen un carajo; en realidad, nacemos dándole importancia a demasiadas cosas. Madurez es aquello que ocurre cuando uno aprende a darle valor a lo que realmente importa.
De acuerdo con Mark Manson, el objetivo de este libro es ayudarte a pensar con más claridad sobre lo que eliges que sea importante en tu vida y lo que decidas que no lo sea. El libro nos ayuda a convertir el dolor en una herramienta, el trauma en un poder y los problemas en problemas un poco mejores.
Uno de los ejes fundamentales que esgrime el autor es que la problematización de la felicidad, concepto considerado como algorítmico y que consiste en trabajar, ganar y lograr como quien construye con legos: si logro X, entonces seré feliz. No obstante, la felicidad no es una ecuación con una solución, la felicidad no es una vida sin problemas. Manson sugiere que la felicidad se consigue al resolver problemas. Quien evade problemas o siente que no tiene ninguno, entonces eso lo hace miserable. Quien siente que evade problemas sin solución, eso también lo vuelve un miserable.
La felicidad, pues, será un constante proceso en desarrollo. Las soluciones a los problemas de hoy sentarán las bases de los problemas de mañana y así sucesivamente. La verdadera felicidad, por tanto, sólo ocurre cuando encuentras los problemas que disfrutas tener y resolver.
U n aspecto interesante es el señalamiento del autor respecto a que las emociones están sobrevaloradas. Al considerarlas desde su noción básica, señales biológicas diseñadas para mostrarte la dirección hacia el cambio benéfico, las emociones son sugerencias que nuestra biología nos proporciona, no mandamientos, por ello no son confiables.
Asimismo, reprimir nuestras emociones por razones personales, sociales y culturales, en especial las emociones negativas, nos aleja de los mecanismos de retroalimentación que nos ayudan a resolver problemas. Sólo porque algo se siente bien no significa que sea bueno; si se siente mal, no significa que sea malo.
En una sociedad en donde, ante la pregunta ¿qué esperas de la vida?, la mayoría responde que una vida sin preocupaciones, fácil y feliz, enamorarse, tener sexo maravilloso y relaciones increíbles, verse perfectos y tener dinero, ser aceptados, admirados e importantes, la verdadera pregunta que deberíamos plantearnos es ¿qué dolor deseas en la vida?, ¿por qué estás dispuesto a luchar? La solución a nuestros problemas se basa en la aceptación y el involucramiento activo con la experiencia negativa, no de evadirse ni buscar salvarse de ella.
En una sociedad acostumbrada a blandir la narrativa dicotómica del éxito/fracaso, quizás sería una buena idea reflexionar si lo que buscamos es la recompensa de nuestro trabajo o el esfuerzo; si nos enamoramos del resultado y no del proceso; si lo que nos importa es la victoria y no la lucha. Nuestras luchas, de acuerdo con Manson, determinan nuestro éxito. Nuestros problemas dan vida a nuestra felicidad, junto con problemas ligeramente mejores. No puedo aspirar a ser una persona importante sin ser, al mismo tiempo, una burla y una vergüenza para otras. No existe la falta de adversidad, y por ello debemos elegir lo que realmente es relevante, y discernir de aquello que debería importarnos un carajo. Y éste es un verdadero arte.
Me ha gustado mucho leer tu opinión. Hace poco también leí el libro, y la verdad me confundió un poco. Tal vez no era mi momento para leerlo. Pero si tengo que quedarme con algo, es que me hizo reflexionar bastante, y eso siempre se agradece. Un saludo 🌹